Esta vez mi mensaje va directo. Siempre nuestra forma de comunicarnos
fue así. Aunque no llegamos a más, porque no hubieron mayores
“coincidencias”. Y, si el destino lo quiso y sigue queriendo así, he
decidido no luchar más contra él. He agotado todas mis fuerzas, esta
batalla ha terminado.
Estos días, sentí tu indiferencia. Traté
de no analizarla demasiado porque, en otras
circunstancias, la suelo sentir a desprecio y, sinceramente, espero que no
sea ese tu master-plan. El nuevo estilo de vida que voy puliendo ahora
me permite decirte que sólo recordaré los momentos mágicos, los que me
dejaron en “mute”, sin reacciones almacenadas en mi sistema, que me
permitan escribir una palabra ante tales declaraciones, nunca antes
recibidas.
Me dijiste que era pecado capital cometer el mismo
error dos veces. Éste es el motivo por el cuál he decidido no forzar más
la situación, dar un paso al costado y no presionarte a sentir el mínimo
porcentaje de lo que yo sentí cuando me dijiste que con ciertas
reacciones te hacía recordar a la más paranoid pero espectacular
frontwoman con vida.
Algún día espero que me cuentes si no te
sentiste pecador con la decisión que tomaste, espero que no sea así y
que a tu alrededor sigas salvaguardando aquella tranquilidad y alivio mental
que tanto envidio, cada vez que recuerdo nuestras conversaciones.
Sólo quiero decirte Gracias, por haberme hecho sentir tan espectacular,
por no atropellar mis ilusiones, por haber leído los extractos de mi
fairy tale personal y eterna. Esa en la que vivo todas las noches, donde
con todas mis fuerzas te quería tener de co-protagonista, para viajar
juntos a los lugares más musicales y maravillosas del espacio, caminar
muchísimo por las calles y buscar juntos tiendas con cientos de miles de
partituras en clave FA, para que así puedas tener la colección más
grande del mundo y te sientas dueño de un tesoro invaluable por siempre,
porque eres inmortal en mi historia, porque tienes un lugar al lado de
mis superhéroes.
Antes de terminar, quiero saber ¿qué hacer con
nuestros secretos? Es que tengo uno más que contarte, venía disfrazado
de declaración, aunque sabía que lo descubrirías antes que termine de
describirlo y quizás esa fue la fuerza que nos separó. Será mejor
reservarlo para cuando el destino nos vuelva a cruzar en el mismo
camino, quiero imaginar que los dos sonreiremos, nos pondremos
totalmente nostálgicos y sentiremos de nuevo la misma emoción que
generaste al contarme perfectamente sintetizada tu película favorita,
mientras que yo escuchaba el soundtrack con los parlantes a 200% y tu so
far… far away, con los audífonos.
Regresa algún día, trata de que sea pronto … hoy me toca terminar la función por los dos, porque tu “no estás”..
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